Casa del Puente, Mar del Plata (Argentina).
Amancio Williams, 1942.
En 1942, el arquitecto argentino Amancio Williams (1913-1989), formuló una de las propuestas más originales y rigurosas de la arquitectura moderna argentina. Se trató de la llamada Casa del Puente también conocida como Casa del Arroyo o Casa Williams, una obra concebida para su padre, el músico y compositor Alberto Williams. El predio de dos hectáreas, ubicado en las afueras de la ciudad de Mar del Plata en el Barrio Pinos de Anchorena, se encontraba en esa época surcado por un arroyo.
La casa fue construida entre 1943 y 1946, sobre un puente que reunía las dos orillas del arroyo. Williams conjugó en una misma obra la racionalidad tecnológica moderna con la topografía. La maestría del diseño alcanzó la fusión entre elementos abstractos, como el puente y la terraza, con elementos de tradición criolla, como la galería de entrada (ubicada al pie del ingreso, en uno de los pilares del puente). El predio contaba también con una construcción separada que incluía el garage y el pabellón de servicio. Si bien las dimensiones de la casa no son demasiado grandes (nueve metros de ancho por unos 27 metros de largo, con una altura de seis metros), tanto su excepcional ubicación sobre la cuenca del arroyo, como el paisaje boscoso y la perspectiva sobreelevada de la obra, generan una sensación de mayor tamaño.
El arroyo funcionaba como punto de apoyo invertido de la obra. La estructura general es geométrica, casi abstracta, capaz de reducirse a tres elementos básicos: la lámina curva del puente, las líneas horizontales que guían el diseño del living y el plano de la terraza.
La lámina curva trabaja de forma simultánea con la losa plana de la planta principal y las barandas-vigas que la rodean, por medio de tabiques verticales. La planta baja consta de dos entradas ubicadas en los puntos de apoyo del puente. La transparencia de este acceso contribuye al movimiento de la obra, gracias a los ventanales que dejan al descubierto las escaleras apoyadas sobre el arco del puente.
La lámina curva trabaja de forma simultánea con la losa plana de la planta principal y las barandas-vigas que la rodean, por medio de tabiques verticales. La planta baja consta de dos entradas ubicadas en los puntos de apoyo del puente. La transparencia de este acceso contribuye al movimiento de la obra, gracias a los ventanales que dejan al descubierto las escaleras apoyadas sobre el arco del puente.
El living cubre todo el largo de la casa y se vincula con el exterior a través de un ventanal continuo de 27 metros de largo. El diseño de la obra fue pensado como una forma no intrusiva de incorporar arquitectura dentro de la naturaleza. Según sus propios escritos y declaraciones, el objetivo principal de Amancio Williams consistió en realizar una estructura totalmente liviana, aérea y transparente, que al mismo tiempo fuera honesta en el uso de los materiales.
El hormigón armado utilizado en la obra fue ensayado en laboratorio para que lograra resistir el deterioro climático sin mantenimiento. En su faz externa se lo martelinó y trató químicamente para dejarlo a la intemperie sin recubrirlo. Williams no quería tapar con artificios la honestidad de los materiales. Por su parte, el interior de la casa fue construido en placas de madera, en un taller de carpintería que realizó puertas, ventanas, escaleras y mobiliario. La casa se montó primero en el taller, luego se desmontó y se volvió a armar in situ.
Luego de la muerte de Amancio Williams, en 1989, la Casa del Puente fue declarada Monumento Histórico Nacional. Hoy en día se encuentra en estado de abandono avanzado y muchas de las características de su construcción original se han perdido para siempre.
Luego de la muerte de Amancio Williams, en 1989, la Casa del Puente fue declarada Monumento Histórico Nacional. Hoy en día se encuentra en estado de abandono avanzado y muchas de las características de su construcción original se han perdido para siempre.
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